El trabajo del vendedor inmobiliario

Vendedor

Ser vendedor en general tiene muy mala imagen. La mayoría de los vendedores que trabajan en el mundo comercial, no están contentos con su trabajo, porque no es vocacional principalmente, porque no lo han elegido, no les gusta, y lo más importante, no se han preparado para ello. A los vendedores les cuesta decir a qué se dedican, de hecho, les cambian el nombre por el de Asesor, Consultor, etc.

Este perfil de vendedores, por regla general, desmitifican la profesión del comercial de cualquier empresa.

Oportunismo

Con la crisis del sector inmobiliario, desaparecieron todos aquellos oportunistas que trabajaban en el sector atraídos por unos incentivos rápidos y golosos a cambio de no hacer nada; porque en aquella época se vendía todo lo que acababa de salir al mercado; y con una simple agenda y un teléfono, ya se consideraban preparados para solicitar a cualquier persona, que les confiara su patrimonio. Sí, ese patrimonio que tanto esfuerzo les había costado conseguir, ahora lo estaban poniendo en manos de un oportunista desinformado.

Ahora diez años después, cuando se empieza a ver “un poquito” la luz al final de túnel en relación con esta crisis, vuelven a resurgir aquellos que tuvieron que abandonar forzados por el desplome del sector, para volver a empezar, si bien es cierto, ya empiezan a darse cuenta, que nos es igual que antes. Que vender una vivienda, no consiste sólo colocar un cartel o anunciarla en internet. Que para poder sobrevivir en este sector, como en cualquier otro, se ha de estar formado entre otras aptitudes.

Ayudar a las personas

Sin embargo, existen vendedores inmobiliarios que dignifican la profesión, que son unos crack que saben que vender es ayudar a las personas que buscan personas, no casas; porque vender no es colocar, no es un aquí te pillo… La venta es una profesión maravillosa cuando te centras en ayudar a tu cliente. Por lo tanto, hay gente que se prepara, que tiene vocación, que tiene predisposición, que transmite.

Eso se consigue primero, empezando a trabajar bien, haciendo las cosas mejor de lo que el cliente espera, superando sus expectativas.

Si preguntáramos a un grupo de jóvenes ¿Quién quiere ser vendedor?, nadie levantaría la mano.

75% funcionarios

Hubo una encuesta en algunas Universidades andaluzas, en las que se les preguntaba a los alumnos, qué deseaban hacer cuando terminaran sus estudios; y el 75% de los estudiantes querían ser funcionarios. Esa misma encuesta se realizó en Estados Unidos, y el 75% querían ser emprendedores. Y un emprendedor tiene que empezar vendiendo su idea quizás, para conseguir financiación primero, después tiene que vender su idea al equipo del que se va rodear, y más tarde tiene que vender su producto al mercado al que ha elegido dirigirse.

En resumen, yo les diría a todos los que desean iniciarse como vendedor que se tomen su trabajo, como su vocación, que les apasione; Tú no puedes dedicarte a las ventas si no te apasiona, como todo en la vida. La manera de hacerlo fácil, es que te guste lo que haces, que encuentres la vocación, que te apasione, que te prepares, que estudies; porque los vendedores no estudian. ¿Quién se ha leído un libro de ventas en los últimos doce meses? Yo te podría recomendar unos cuantos.

Resumiendo

Por lo general se piensa, que los vendedores, con un poquito de labia no hace falta nada más, y ese es un tópico que hace que la profesión de vendedor no tenga buena imagen.

Hay que estudiar hay que prepararse, la venta es de profesionales. Y cuando tú te preparas, las cosas las haces bien y consigues la satisfacción de tus clientes, es muy gratificante. Cuando logras vender, cuando logras que un cliente esté contento, cuando te llaman, cuando te recomiendan, te coges un “chute adrenalina” por dentro… que te haces imparable, y eso sólo lo tienen los vendedores.

Pisomap cumple 10 años en el sector inmobiliario. Cuando estaban cerrando una media de 8 agencias inmobiliarias al día, yo me atreví a abrir mi oficina. Me etiquetaron de ser “muy osado” para hacer eso, montar una inmobiliaria en los tiempos que corrían. Sin embargo siempre tuve claro, que si me formaba continuamente, si hacía las cosas bien, y volcaba todo mi esfuerzo en la satisfacción de los clientes, al final lo lograría. Y siempre he dicho, que cuando realmente se aprende, es cuando “la mar” está revuelta; cuando está en calma, cualquiera puede ser navegante.

Hoy solo tengo palabras agradecimiento para todos los clientes que han confiado y confían en nosotros, así como, a todos los colaboradores que han aportado su granito para que PISOMAP se encuentre posicionada en el lugar que está.

Deseamos continuar siendo por muchos años más, productores de sueños

GRACIAS.